La Trata de Personas con Fines de Explotación Sexual es uno de los delitos más atroces contra los derechos humanos y una de las formas más crueles de violencia contra la mujer. A pesar de ello, este tipo de trata es en la actualidad uno de los delitos transnacionales más lucrativos del planeta.

La Organización Internacional del Trabajo estimaba en 2017 que 4,8 millones de personas son víctimas de la explotación sexual forzosa en el mundo, de las que el 91% son mujeres y niñas.

En España, la cifra de personas víctimas de Trata con Fines de Explotación Sexual oscila entre las 40.000 y las 300.000, según distintas organizaciones de defensa de los derechos humanos. Muchas de ellas son captadas por las redes de trata en procesos migratorios pero también a través de internet y las redes sociales, mediante engaños, falsos romances o supuestas ofertas de empleo.

La ciudad de Córdoba es un punto clave para la detección de víctimas que vienen del sur del Estado y pasan por la capital cordobesa para continuar su itinerario por otras provincias como Valencia, Madrid o Bilbao, así como hacia otros países de la UE (especialmente Alemania, Francia e Italia).

La mayoría de las víctimas de trata detectadas en Córdoba proceden de países de América del Sur, especialmente de Colombia y Paraguay, pero también de Brasil, Ecuador, República Dominicana, Venezuela y Nicaragua, así como de países de Europa del Este, como Rumanía. Más de la mitad de ellas se encontraban en situación administrativa irregular, según datos de la organización Mujeres en Zona de Conflicto.

Esa situación administrativa irregular, junto con la falta de redes de apoyo, la desconfianza, el aislamiento y la carencia de información sobre sus derechos son elementos que aumentan la situación de vulnerabilidad de esas personas y les hace más difícil salir de las redes de trata.

Expertos policiales aseguran que la reciente pandemia ha acelerado la evolución tecnológica de este delito. Las mujeres explotadas sexualmente ya no se encuentran en las calles o en los clubes, sino en domicilios particulares, donde es más difícil que las autoridades y las organizaciones sociales puedan detectar su situación y ayudarlas.

Las cadenas que las mantienen encarceladas ya no tienen por qué ser físicas, la geolocalización a través de sus teléfonos móviles y los chantajes hacia ellas y sus familias son coacción suficiente para que muchas personas no se atrevan a salir de estas redes de trata.

Quizá alguna de estas víctimas de Trata con Fines de Explotación Sexual viva cerca de ti, es posible que en un piso dos plantas más arriba del tuyo o tres calles más allá se esté explotando a mujeres y a niñas.

Si conoces algún caso denúncialo, estarás salvando una vida, puedes llamar al teléfono de atención gratuita 900105090 o escribir a   Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla. .

Si eres cliente de estas mafias estás siendo cómplice de un cruel delito contra los derechos humanos. No busques placer en el sufrimiento de otras personas.